LUIS ERNESTO GÓMEZ

(Maracay, Venezuela, 1977)

LA MÚSICA Y LAS ARTES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA DE VENEZUELA: Apuntes para un debate necesario
Estudio realizado para la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional de Venezuela, 2007



Entrevista a Freddy Sánchez
Misión Cultura y Docente de música especializado en Pedagogía
Caracas, 27 de Marzo de 2007
Entrevistador: Luis Ernesto Gómez

“La alfabetización musical y artística nacional sería darle acceso a toda la población venezolana a un mundo, que sólo unos pocos privilegiados hemos podido disfrutar, el mundo del espíritu, un paso liberador ante la esclavitud auditiva que el capitalismo nos quiere imponer”


L.E.G.- Buenas tardes. Estamos con el Prof. Fredy Sánchez de la Misión Cultura y el IUDEM, especialista en Educación musical, quien nos va a brindar unas ideas para la música y las artes en la educación del venezolano.

F.S.- Quizá uno de los sucesos que más que se ha esperado en el campo educativo vinculado a las artes es el día en que las artes logren incorporarse al sistema educativo y realizar el sueño de democratizar el acceso de toda la población al disfrute y al uso de las artes. Esto es una enorme contradicción porque a pesar de que las artes son actividades que involucran a todo el mundo, de una u otra manera, pocos son los que alcanzan un nivel de formación que le permita realmente hacer un uso libre de esta manifestación, porque el uso que se hace hasta ahora es un uso de dominación. La música que se consume actualmente en Venezuela masivamente es el producto de dominación más espantoso que la humanidad haya conocido. Si hoy podemos hablar de esclavitud, esa esclavitud es auditiva. Toda la gente, todo el país es objeto de una dominación absoluta en el gusto hacia el uso del sonido, y nos dominan, los ponen a consumir cualquier porquería. Las personas que han logrado una educación musical, que han educado su oído, son las únicas capaces de elegir entre lo que quiere oír y lo que no quieren oír, son las únicas personas libres para hacer ese tipo de elección. Incluso, el hecho de que el común de las personas sean fácilmente manejables por una industria como la televisión, que con la imagen logra convencer y diseñar en ellos esquemas de pensamiento totalmente manipulados es producto de una sociedad que es visualmente analfabeta también, porque no tiene dominio de lo que es la comunicación a través de la imagen.
El sistema educativo tuvo una conquista muy importante en el siglo XIX y XX que fue el descubrir los mecanismos profundos del pensamiento humano y comprender que los lenguajes son la clave para la construcción del conocimiento. El error que cometimos fue confundir lenguaje con idioma. En el siglo XX que si la construcción del conocimiento era un problema de lenguaje, lo que había que enseñar universalmente eran los idiomas. Por eso la alfabetización en el idioma se convirtió en algo de capital importancia. Por eso en el currículum escolar, Lenguaje es un eje transversal en todo el currículum, que tiene que enseñarse en todas las áreas del conocimiento. Lo que nos ha enseñado el final del siglo XX es que ahí se redujo demasiado el concepto de Lenguaje al de Idioma y fue dejado de lado otros lenguajes no verbales, particularmente el lenguaje auditivo y el lenguaje visual, esos dos lenguajes los dejamos de lado.
El final de siglo también nos dejó una enseñanza importante a través de la teoría de Howard Garner, que la inteligencia humana es múltiple, no es una inteligencia monolítica como la creímos a lo largo del siglo XIX y principios del XX, sino que es una inteligencia múltiple y que todos vamos a tener dominantes intelectuales, pero siempre tendremos latente la capacidad para poder desenvolvernos en las otras inteligencias: música es una de esas inteligencias, el dominio y conocimiento del espacio es también otra de esas inteligencias. Desde el punto de vista de Howard Garner, la educación se ha dedicado solamente al desarrollo de dos inteligencias humanas nada más, dejando atrofiadas el desarrollo de cinco inteligencias que nunca fueron abordadas, una de ellas es la música, otra es el espacio, otra la cuestión naturalista, la cuestión espiritual, él desarrolla siete inteligencias en total. Entonces, tomando en cuenta todas estas cosas, para una lograr una verdadera democratización de las artes para el disfrute y uso de la gente, para acabar ya con la dominación contemporánea, la dominación auditiva y visual, para tener gente que realmente sea libre para escoger en muchísimos planos y para educar un ciudadano en las siete inteligencias que tiene, integralmente desde el punto de vista intelectual, por todas esas razones es importante que nosotros comencemos a pensar la ubicación de las artes dentro del currículum escolar. Particularmente música, junto a las artes plásticas, teatro, danza, pero particularmente música, porque es la única que, según Howard Garner, es una inteligencia individual, las otras artes se dan con mezclas de inteligencias, lo espacial con lo kinestésico y lo verbal, ahí ocurre el teatro, la danza y las artes plásticas, pero música es una inteligencia particular, una inteligencia aparte.

L.E.G.- Uno de los logros del proceso bolivariano es que ha logrado que Venezuela sea considerada por la UNESCO y ante el mundo como territorio libre del analfabetismo. Hemos trascendido ya una época y ahora menos del 1% de la población venezolana saben leer o escribir. Ahora nos toca liberar a Venezuela del analfabetismo musical o artístico ¿Cree usted que esta labor sería un paso revolucionario? ¿Cómo realizar esta tarea?

F.S.- Antropológicamente, las artes anteceden la palabra. La primera forma de pensar que tiene el ser humano es espacial. El niño cuando llega a la escuela y empieza a socializar y empieza a conocer, lo hace a través del juego, y todo juego es dramatizado. El niño no hace otra cosa sino dramatizar, crear escenas, crear personajes, intentar parlamentos, crear situaciones y hacer el ejercicio de síntesis de toda una personalidad, la sintetiza en un “sketch” muy reducido. Esa es una predisposición humana para pensar y esa es la esencia del teatro. Lo que pasa es que la educación por estar tan impregnada por el pensamiento científico y por la influencia del idioma, estas formas de expresión distintas fueron despreciadas, y desde el primer grado al niño se le prohíbe jugar, se le prohíbe hacer ese tipo de cosas. Pero el teatro, el mimo, juego con el cuerpo antecede a la palabra. Es muchísimo lo que aprende el niño antes de llegar a hablar. Incluso música, un niño llega primero a cantar mucho antes que a hablar, un niño llega a montar una línea melódica muchísimo antes de construir una forma verbal, por eso estas formas comunicacionales, de simbolización para poder pensar y construir conocimiento, como lo es la música, como lo es las artes plásticas y el teatro, anteceden a la palabra. El alfabetismo en el idioma es una deuda del siglo XX, y fue el compromiso político de la humanidad a lo largo del siglo XX, pero llegado ya el siglo XXI, la alfabetización en el idioma se queda corta. El ciudadano contemporáneo, el hombre y la mujer del siglo XXI son ya personas que necesitan una alfabetización amplísima, integral, que cubra todos sus sentidos, se necesita alfabetizarse visualmente, alfabetizarse auditivamente, en el lenguaje, en el conocimiento del cuerpo, en la introspección para conocerse a sí mismo, eso es un alfabeto que también tenemos que dominar. Y tenemos que dominar también los lenguajes con los que tenemos que comunicarnos con la naturaleza, para poder entender la naturaleza no basta con saber biología, zoología o botánica, se necesitan una especie de comunicación mucho más allá de la razón que te permita entrar en contacto con ese mundo natural, eso lo saben muy bien las comunidades originarias, ellos consiguen esa comunicación, mística si tú quieres, incluso el origen de la religión está allí, en el vínculo con la naturaleza. Ese tipo de relación requiere de una alfabetización para el hombre del siglo XXI.
De modo que si a mí me preguntaran, cuál podría ser el signo de una revolución para la educación contemporánea, o para la escuela bolivariana, porque recordemos que la escuela bolivariana hasta ahora ha planteado una revolución en lo formal, ha abordado temas de capital importancia, como el tema de la alimentación del escolar, como el tema de la retención dentro del espacio escolar durante un gran número de horas del día, esos son temas de capital importancia, pero el currículum revolucionario no se ha planteado, y el currículum revolucionario desde mi punto de vista, es aquél que piensa en el lenguaje como el conjunto de recursos simbólicos que los niños pueden utilizar para expresarse, y entre esos recursos están, el recurso de la música, el recurso del teatro, el recurso de la danza, el recurso del idioma, el recurso de las artes plásticas, todo estos son recursos de comunicación que los niños deben utilizar desde que están pequeños en la escuela, para expresar sus ideas y construir conocimientos. Yo creo que una escuela revolucionaria, en este momento, haría un planteamiento de esta naturaleza.

L.E.G.- Qué antecedentes existen de estos esfuerzos?

F.S.- En el mundo, son muchos países que vienen trabajando en este sentido. En Estados Unidos Howard Garner es un defensor de este tema. Él hizo un trabajo muy interesante en el Museo de Nueva York, en el MAMO, su vinculación con los niños aprendiendo y haciendo arte llevó a su descubrimiento de las inteligencias múltiples. Elliot Eisner que ha venido luchando, ha trabajado sobre el tema de la alfabetización múltiple, alfabetización en diferentes lenguajes, y eso le llevó incluso a plantear una visión de lo que puede ser un modelo de aprendizaje en los seres humanos que potencie mejor el aprendizaje artístico. Porque los modelos de aprendizaje que nosotros conocemos comúnmente con la psicología educacional son modelos que explican el idioma y el pensamiento lógico, esos modelos no eran muy buenos para explicar el pensamiento artístico, cómo un artista funciona mentalmente para construir una idea musical y luego intentar ponerla en una partitura o en un instrumento o en la voz, por ejemplo. Elliot Eisner y Howard Garner viene trabajando mucho en ese terreno. Otra persona que ha trabajo en ese terrero es Swanwick desde Inglaterra.
En general, en este momento a través de la Sociedad Internacional de Educación Musical (ISCME), se viene impulsando con mucha fuerza la educación musical en el mundo como un mecanismo para el fomento de valores que la sociedad contemporánea requiere como la cohesión social, el respeto entre las sociedades, el conocimiento a través de la música y de las artes de los pueblos. Es mucho más fácil conocer una comunidad a través de sus producciones musicales y artísticas. El día que uno conoce una comunidad por sus producciones artísticas llega a conocer la esencia de esa comunidad y cuando las comunidades llegan a conocerse entre sí, se respetan, se toleran, y es muy probable que si nosotros queremos construir una sociedad con una cultura de paz, una sociedad que ponga de lado la guerra, que a lo largo de toda la existencia de la humanidad ha estado presente, pues tiene que ser una sociedad que fomente profundamente el conocimiento entre las naciones a través de las artes. Ese es un tema que la Sociedad Internacional para la Educación Musical le da un énfasis intenso. A lo largo de las tres últimas décadas ISCME ha sido persistente y coherente en los congresos internacionales, que no es la globalización, sino más bien la comprensión del mundo a través de la música.
En esta discusión sobre música quería mencionarte algo que hay que evidenciar que es la creencia (el mito) de lo “elitesco” de la música. El concepto de la música en Occidente nace en el siglo XVIII es parte de los productos de la ilustración, nace en el seno de la ciencia, y la ciencia con sus grandes postulados de universalización del conocimiento y de objetivación de ese conocimiento, el producto creado por el hombre como algo que tú puedes objetivar y puedes palpar, y la música se embarcó en ese compromiso histórico como algo que tú podrías objetivar y como respuesta a ese compromiso se produce todo el sistema tonal europeo, surge esa gran música, pero tiene un espíritu globalizador que era parte de la agenda colonizadora de la Europa de entonces. Así como se quería que el mundo tuviera una sola religión, también se quería (hacer creer) que el mundo tenía una sola música, un solo tipo de música. Eso creó históricamente dos grandes complejos, el rechazo hacia lo popular y la sobrevaloración de lo que se hacía académicamente. ISCME en este momento rompe ese tabú y empieza a hablar de las músicas del mundo.

L.E.G.- Cuando mencionas la palabra arte, estás incluyendo la música académica y música popular?

F.S.- Todo esfuerzo humano para leer el mundo, para comunicar el mundo a través de formas de simbolización que permitan exponerlo de un modo tal que la gente pueda verlo, sentirlo y conmoverse ante él, eso es el arte. Las artes hacen la función de espejo, esa es su función a nivel social. Podemos llegar a la educación de la sensibilización, porque si yo me alfabetizo auditivamente es mi sentido del oído el que yo debo entrenar, la idea es alfabetizar los sentidos, entrenar el sentido del oído, el sentido de la visión, porque también la palabra “sensibilizar” a lo largo del siglo XX, se convirtió en “sensiblería”, “sentimentalismo”, heredó del romanticismo cierta connotación vaga.

L.E.G.- ¿Qué otros modelos de países o esfuerzos que se han realizado anteriormente para democratizar la enseñanza de la música?

F.S.- A través de la ISCME que es donde uno puede conocer todo el mundo, porque a ella pertenece todo el mundo. Sin embargo, uno ve que el problema es parejo en todo el mundo. Los países hacen esfuerzos tremendos para que la educación musical llegue a todo el mundo, pero siempre son esfuerzos personales, individuales y de pequeñas instituciones dentro de un país, pero el país como un todo hay muy pocos, con la excepción de Hungría y algunos países de la Europa del Este, ellos sí han hecho esfuerzos nacionales para desarrollar la educación musical, y detrás de ellos, está Kodaly.

L.E.G.- ¿Como fue el trabajo educacional realizado por Kodaly?

F.S.- El punto de partida de Kodaly era la educación vocal, la educación musical a través del canto. Así como uno llega a dominar el idioma a partir del habla, tú nunca escribes antes de hablar, el punto de partida para la música lo realiza a través del ejercicio vocal. Hoy en dia, sin embargo, existen propuestas que anteponen la educación del oído antes que el canto, porque antes del llegar al canto hay que buscar la manera de que el oído haya escuchado muy bien, que el oído haya descubierto la música, que el oído haya sido capaz de identificar el evento sonoro, y después entonces la voz la reproduzca y el mismo cerebro trate de evaluar el sonido producido por el escuchar.
El programa de Kodaly se implementó desde el principios del siglo XX. Dalcroze es otra persona muy importante como referencia. Sin embargo, todavía no todo el mundo está alfabetizado musicalmente. Europa no es un continente alfabetizado musicalmente, tiene mucho acceso a la gran música, sí, porque esa gran música está basada en su mismo folklore. El problema de gustar la música es un problema de familiaridad con la música, si la música que tú escuchas evoca sonoridades que de alguna manera tu oído almacena entonces tú vas a sentir placer por la música que estás escuchando.
El método Kodaly incluye melodías húngaras y checoslovacas en el repertorio a enseñar a los niños que los emociona. Es un esquema que podríamos utilizar aquí, hacer un repertorio de enseñanza para niños basada en los sonidos nacionales, en los sonidos de la identidad sonora y de la gran música. El romanticismo nuestro buscó eso, cuando Inocente Carreño escribió la Margariteña, lo hizo buscando los sonidos nacionales en la orquesta. La gente siempre ha creído que la identidad se mide solamente viene en términos históricos o en términos geográficos. Existe una identidad sonora y una identidad visual, sin embargo la identidad nacional es un concepto que se construye, y no debemos descuidar los elementos para esa construcción. El himno nacional es uno de los elementos identitarios más contundentes (...)

L.E.G.- ¿Qué es un analfabeto musical? ¿Cuál es el valor de liberar a una persona del analfabetismo musical?

F.S.- Desde el punto de vista musical, el analfabeta musical es una persona que tiene la posibilidad de aprender auditivamente música hasta un cierto nivel que la sociedad se lo da, de formar el oído lo suficientemente como para seguir un patrón rítmico, seguir una línea melódica, pero disfrutar cosas como el contrapunto, disfrutar la armonía, que es uno de los eventos creados en la Europa del siglo XVIII -es una de las cosas más bellas que se ha creado en el juego acústico -, es una población muy reducida la que es capaz de disfrutar, somos muy pocos. Los efectos emocionales que tiene el sonido armónico todavía no se conoce. Se le ha negado a toda la población como un todo, el disfrute emocional de la armonía, por ejemplo.
Luego, desde el punto de vista político, un analfabeto musical es una persona que consume productos sonoros, de una manera no libre, ahí hay una suerte de esclavitud: la gran industria del sonido, las grandes industrias de la producción sonora desarrollan en la gente gustos musicales manipulados, con el único objeto de convertirlos en consumidores que compran unos productos espantosos, de unas calidades horribles, pero los obligan a eso, sin ellos saberlo. Si podemos hablar de esclavitud en el siglo XXI esa esclavitud es auditiva, y es una esclavitud, por el mercado, por las grandes trasnacionales, las grandes empresas del sonido ejercen una dominación auditiva esclavista en una población inmensa, y creo que desde el punto de vista político eso es un analfabeta en música. Desde el punto de vista auditivo, es una persona limitada a uno de los disfrutes más extraordinarios que ha creado en la humanidad a lo largo de su historia.

L.E.G.- ¿Cree usted que es necesario superar esa etapa?

F.S.- Creo que es urgente. Desde el punto de vista político, sí es importante. Si somos defensores de los principios de la libertad, creo que todo asomo de la dominación humana por la vía de la esclavitud tenemos que combatirla, y aquí, se puede evidenciar que hay esclavitud auditiva, que hay esclavitud visual. Y lo podemos ver en la gente de la clase media, que la televisión los ha convertido en unos seres totalmente vulnerables, infelices, es una población muy grande en el país dominada visualmente por la televisión, que los ha convertido en unos seres humanos con mucha pobreza humana, pobreza espiritual, por falta de una educación visual. Si yo puedo escoger (concientemente) entre ver un programa de televisión y ver otro y lo hago libremente, ¿Por qué todo el mundo no tiene ese privilegio? Si yo puedo decir yo no me compro esta música y sino que me compro aquella, por tales y cuales criterios, eso es un acto de libertad ¿Por qué yo tengo ese privilegio y otro no? Y todo el problema está en la educación, yo lo puedo hacer, porque la vida me ha dado esa oportunidad, de alcanzar esos conocimientos y en consecuencia, poder ejercer ese acto de libertad concientemente.

L.E.G.- ¿Cómo incluir la música y las artes en la educación formal del venezolano y a qué tópicos le podemos dar obligatoriedad?

F.S.- Yo creo que a lo largo de toda la educación básica, música debe ser obligatoria, todo el mundo debe hacer música como hace Castellano, escribir, leer, crear con el castellano, hacer cuentos, pequeñas historias, hacer poemas, todo eso significa hacer castellano. Y ese hacer múltiple que se hace con los sentidos, con expresiones verbales, con expresiones corporales, eso tiene que estar en las distintas formas que la humanidad ha creado para expresarse. Cuando tú no puedas explicar una cosa con palabras, podrías explicarlo con figuras, con dibujos, el conocimiento de algo tiene que estar hecho no solamente con palabras, sino también con investigaciones sonoras, espaciales, colores y formas. La educación obligatoria, la educación esencial y fundamental del ser humano debe estar llena de eso, tal que cuando la persona que salga del bachillerato sea una persona que así como puede leer cualquier texto, puede leer cualquier periódico, así mismo también sea capaz de oír cualquier música, bien sea popular o académica, apreciar cualquier obra de arte o de teatro. Igual, la gente debería desarrollar el hábito de ir al teatro, porque ir al teatro significa aprender, como aprender también significa oír una pieza musical. Cuando tú oyes una pieza musical estás escuchando una manera de concebir algo en un material sonoro.
Los niños en el primer grado a través del baile y el canto, comienzan a aprender los diferentes parámetros de la música, componer con el cuerpo y el movimiento, a ejecutar instrumentos folklóricos, académicos o algunos que ellos mismos puedan construir. Es muy importante que en la escuela hayan buenos modelos, gente que ejecute los instrumentos y que los niños los vean en presentaciones, además de la clase. Esa primera interacción social, los va a mover a aproximarse a la música de un modo espontáneo. Hay toda una pedagogía desarrollada para trabajar integralmente todas las disciplinas junto con la música.
Cuando ya tú avanzas dentro del currículum puede trabajarse con proyectos educativos, por ejemplo, con muchachos grandes que hacen proyectos educativos socio-comunitarios con el propósito de cambiar el entorno social de la escuela, entonces las artes entrarían como recursos para alcanzar esos proyectos comunitarios. Si el proyecto comunitario se refiere a resolver el problema de la basura del barrio, por ejemplo, -donde hay una “cultura entorno a la basura” y que necesitamos cambiar-, entonces podrían hacerse representaciones teatrales donde planteo el problema de la basura y su solución, la coloco en el escenario, hago toda una dramatización con los actores, y la gente ve la vida allí en la escena, y a través del arte llega a descubrir la solución para su problema, así, el que está trabajando políticamente en la comunidad consigue en el teatro un vehículo para que la gente se concientice sobre el problema y sus soluciones. En música podría hacerse lo mismo, podrían hacerse eventos artísticos musicales donde interpretan composiciones sobre distintos temas, de repente el mismo tema de la basura, un compositor podría sentarse a escribir una pieza musical que la llame “la basura” y ahí va expresar lo que él siente sobre la basura. Cuando uno está educado musicalmente y escucha aquella pieza, uno va encontrar la “basura” ahí.

L.E.G.- Cree usted que hay que incorporar en el currículum básico la lectura musical, la lectura del pentagrama musical para todos los venezolanos? Y en qué momento de la educación sería el mejor momento para hacerlo?

F.S.- Sí, pero igual que el castellano, así tú llegas a hablar, el niño tiene que tocar instrumentos, tocar el cuatro, las maracas, las flautas, percutir cosas, tocar algunos instrumentos. De esa manera, al igual que en el idioma, llega un momento en que tú necesitas escribir. Los niños hablan muchísimo primero, y construyen oraciones e inventan historias y al final, sienten la necesidad de hacer un registro de aquello porque se pierde en la memoria. Igual sucede en la música, los niños hacen música, tocan instrumentos, improvisan, hacen collages de músicas que han aprendido, construyen músicas nuevas, el compositor musical es un compositor espontáneo, el niño lo que está es libre para hacer música, él se hace compositor primero y en el ejercicio de la composición se hace instrumentista, luego llega un día en que se olvidó la pieza que tocó, y dice cómo hago yo para registrarla, cómo hago yo para que me quede, ahí empieza la búsqueda del símbolo; si ese proceso se le deja que fluya en el niño, el arriba a la lecto-escritura muy rápido, sin ninguna dificultad. Hoy por hoy, el 80% de los niños aprenden a escribir sin ser enseñados, porque como dijo Chomsky y como ha dicho la superlingüística, el idioma no se enseña, el idioma se aprende; y lo que necesita un niño para aprender el idioma es estar rodeado por un idioma parlante. Igualmente ocurre con la música, nadie puede enseñar música literalmente, la música se aprende y lo que necesitamos es un mundo sonoro, un mundo de música.

L.E.G.- De alguna manera, todos hacemos música, bien sea tocando la madera, cantando en el baño, todos tenemos un cierto ritmo y podríamos extender lo que dijo Lautremont, “la poesía debe ser hecha por todos”, a “la música -el arte- debe ser hecha por todos” La alfabetización musical nacional permitiría liberar un energía que ha estado bloqueada históricamente…

F.S.- Eso hablando desde el punto de vista, digamos ontológico. Pero hablando desde el punto de vista político, es dar acceso a un mundo que solamente unos privilegiados hemos podido disfrutar, el mundo del espíritu. Y nosotros queremos que todo el pueblo venezolano lo tenga a su disposición. Ese es un producto cultural, la humanidad lo ha hecho para todos ¿Por qué el sistema educativo se lo ha negado al común de la gente?

L.E.G.- Hay alguna relación entre la experiencia musical y un mayor rendimiento en la escuela?

F.S.- Hay dos posiciones, las cuales son válidas. La primera es que la enseñanza del arte despierta el espíritu del creador, te permite crear y luego que tú has creado, te permite contemplar en tus manos el producto creado, saborear el éxito de lo creado, y esa creación que tú haces, la pones al conocimiento de un contorno social, que da una respuesta, te aplaude o te rechaza. Haciendo arte tú experimentas los principios básicos del desarrollo de toda inteligencia. Sea arte, música, danza, que por estar basadas en el principio de creación, eso va a estimular el aprendizaje en otros terrenos. De esta manera, cuando tú vas del terreno del arte al de la matemática, y por eso es que esto es bueno. Pero esas investigaciones se desarrollaron en el afán de buscarle un lugar a las artes en la escuela, como no lográbamos por ningún lado introducir las artes en la escuela, porque no son un producto del conocimiento científico, porque no es “una cosa seria”, porque no es un conocimiento “duro” como es la matemática o la biología, entonces los artistas y los investigadores en arte que han venido trabajando para ver cómo la introducen en la educación general a lo largo del siglo XX, descubrieron ese filón, de decir que “si tú aprendes música, aprendes más fácilmente matemática”, pero “como matemática es muy importante y todos tenemos que aprender matemática”, muy bien entonces a “aquél que sea flojo en matemática, vamos a meterle música”; entonces música se hizo muy importante pero no por la música esencialmente, sino por sus ventajas colaterales, lo cual fue una victoria pírrica y un golpe de ignorancia con respecto a la música, porque la música tiene unas virtudes propias en el desarrollo de la persona. No es porque la ayuda en matemática, sino porque el conocimiento musical y artístico es una forma de pensar, una manera de interpretar el mundo que es tan importante de conocer como la matemática. El matemático te produce un pensamiento analítico, la biología y la ciencia en general, te produce un pensamiento analítico, ninguna te produce un pensamiento holístico y la música y las artes te producen un pensamiento holístico.

L.E.G.- ¿Cree usted que hay alguna vinculación de las artes con el desarrollo ético del individuo?

F.S.- Si bien a lo largo del siglo XX, pensamos en un arte neutro, en un arte puro, que no estaba comprometido con la nada, eso fue precisamente la intención del Departamento de Estado del imperio norteamericano para lograr unos artistas desvinculados de los procesos sociales, que se mantuvieran al margen, que no se metieran en nada, porque entre los artistas se hacen caldos de cultivo para generar procesos de ideologización y desarrollo de resistencias. Pero la música y las artes nunca han estado desvinculadas de un compromiso social. En el instante que tú asumes un compromiso social, que tú te decides por la felicidad de un colectivo y en consecuencia tú asumes una actitud frente a ese colectivo para la búsqueda de esa felicidad, tú estas en un posición ética. El arte cuando es profundamente honesto, cuando el artista lo hace en comunicación con el colectivo, es profundamente político y por ser profundamente político es en consecuencia, ético.

L.E.G.- Muchas gracias por sus aportes. Espero podamos llevar a la realidad este hermoso sueño.
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Freddy Sánchez (Mérida, Estado Mérida, 1946).
Master in Arts in Education, en la Universidad de Southampton, Inglaterra, Reino Unido, 1982. Maestría en Educación de la Universidad de Valle de Guatemala. 1978. Licenciado en Educación en la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1970. Coordinador de los Talleres de Creación Literaria del CELARG (1984). Docente en tareas de planificación educacional y docencia en arte, entre los años 1985 y 2002 ejerció y en la Oficina de Apoyo Docente del CONAC. Especialista en el área de currículo para las artes. Ha ejercido la docencia en el nivel universitario, en la enseñanza de las áreas de planificación y fundamentos de la planificación y evaluación de aprendizajes artísticos, en los institutos universitarios IUDEM e IUDET. Presidente de la Fundación Orquesta Filarmónica Nacional, un ente tutelado del CONAC. Desde el año 2000 hasta 2003. Coordinador Académico en representación del CONAC en la Misión Cultura, desde noviembre 2004. Miembro de la Sociedad Internacional de Educación Musical (International Society of Music Education - ISME). Representante de Venezuela en el “Proyecto Tres Américas de la ISME” (ISME Three Americas Proyect), desde octubre de 1998. Es miembro de la Sociedad Internacional de Educación a Través del Arte (International Society for Education Through Art). Ha recibido la Medalla de la Orden Andrés Bello en 1988 del Ministerio de Educación.
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